lunes, 2 de febrero de 2015

Desfondeadora: Una misión playera

La cosa estuvo así. Mientras dormíamos el pasado jueves para amanecer viernes, alguien entró a la planta baja de mi casa y nos robaron la laptop de mi nuevo amigo y por algunos días huesped, Phil Sano y la mía. Entraron también al cuartito donde duerme mi bicicleta y se llevaron algunas cosas que traía en la alforja, además de mi cartera con yasabentodo: IFE, tarjeta bancaria, tarjetas de contactos para estos próximos días, y pues ¿por qué no? una buena cantidad de dinero que retiré del banco, porque está hasta Pochutla y pos ni modo de estar dando vueltas de 1 hora y 140 Kms., para sacar de a cien pesitos...

Esto, como se imaginarán, fue una ola, de las grandotas, que me agarró no solo mal parada, sino volteando para otro lado. Vaya, no la vi venir. 

Y así, igualito a como se siente una debajo de la ola, durante segundos que parecen minutos, estuve por algunas horas; primero muy enojada, por todo lo que se fue en esa computadora. Ya ni cabe mencionar que la acababa de comprar y que no tenía ni dos meses que mi compu anterior simplemente falleció en un infarto al procesador, costándome una lana que no tenía prevista, pero valía la pena invertir. 

Pero todas las historias iban ahí. Todas las cartas. Un chingo de cuentos. Las fotografías de mis amores. Los videos de los dos. Los libros, las notas y las presentaciones. Los viajes en bicicleta. Las únicas fotos que conservaba vestida de novia. También la historia de los proyectos, los mails que nunca se mandaron y las respuestas que solamente yo sabía. Se fue una parte importante de mi, la pinche computadora es lo de menos.

En fin, siendo honesta, tengo que reconocer que he pasado por todos los estados de ánimo posibles, después del coraje, sentí tristeza, decepción. Mucho miedo, de saber que no se puede bajar la guardia ya en ningún lugar. De sentirme vigilada, perseguida, amenazada, insegura en mi propia casa. Así como algunas veces me sentí allá, en la ciudad. Me sentí confundida, desorientada, cuestionándome si no sería esto una señal ¿es una advertencia? ¿es una lección? ¿un aviso? ¿una llamada de atención? ¿una invitación a que me vaya a la chingada de aquí? Y luego, pues pensé: NO. Es todo y a la vez es lo que yo decida, entonces decidí que es una llamada de atención, un regalo y un aviso. No es para desconfiar de la gente, es para tomar las precauciones necesarias. 

Esta vez no decidí irme de la ciudad o de donde vivía, decidí quedarme aquí, en Puerto, aquí en la Punta Zicatela. Honestamente quiero poder hacer lo que la ciudad y yo no logramos, acá en la playa, empezar algo pequeño, con mucho cariño, con todo mi corazón. Verlo crecer.

Estoy a punto de empezar una aventura con un gran gran gran socio y amigo a mi lado, y pues, sobra decir que esto del robo, es como si nos hubieran ordeñado el tanque de gasolina y que ahora, en vez de traer el tanque lleno para llegar, traemos como... mmm... poquito menos de medio tanque. 

Por lo que, ya que realmente no queremos pedirles dinero prestado, para no quedarles a deber, nuestra propuesta es la siguiente:

Sabemos que, para muchos, esto es un sueño. Venir y poner un bar en la playa, dedicarse a lo que a uno más le gusta y vivir. Queremos compartirlo con ustedes, queremos que sea suyo también.

¿Conocen Fondeadora, no? Bueno, pues esto se llama Desfondeadora y es porque, si contamos con su amable contribución, no solo estará apoyando a sus amiguitos emprendedores y empedadores, sino que también tendrá derecho a una dotación de mezcal, directamente proporcional a la abundancia de su contribución, efectivo en nuestro changarrito: La Bebeduría | Kraken Tours. Por lo que podrá Desfondarse a gusto en nuestro lugar. 


¿Qué más les puedo decir? Esto es para los compas que nos escribieron, que estuvieron al pendiente, que nos dijeron que si necesitábamos algo, no dudáramos en pedirlo... aunque, ahora bien, si los amigos de nuestros amigos, también se ponen guapos, sus bonos en mezcal estarán esperándolos en Bajada de las Brisas #2 ;)

Yo solo se que hay dos maneras de que las cosas se hagan, pero cuando se hacen con amor, salen 10 veces más bonitas. Lo estamos haciendo con un chingo de huevos, de corazón y de pasión. Ya lo vendrán a ver. El amor que sabemos que nos mandan, también es lo que permite que sigamos al pie del cañón, muy contentos a pesar de todo y con muchas ganas. Muchas gracias por todas sus porras, son más valiosas que cualquier depósito bancario. ¡Esas no dejen de mandarlas!

Acá el número de cuenta, por si siente que le sobran unos billetes de 100, 200, 500 o mil. 

Tarjeta número: 5579 2090 7479 4204
Cuenta Scotiabank: 100193283

A nombre de su servilleta. Quien me conoce, sabe mi identidad secreta jajajajajaja.

Atentamente sus amigos y servidores:

Leonor Machete | Alex Rasta

La Bebeduria | Kraken Tours

Arre | Fierro